Aún tratándose de una lente de proyector, tras un pequeño bricolage se pueden llevar a cabo modificaciones que la convierten en un objetivo, apto para ser utilizado en cámaras fotográficas digitales y con un Bokeh muy característico y espectacularmente artístico.
Son característicos esos circulitos que se obtienen según las circunstancias de luz. Por supuesto es muy sensible a cuando la luz incide directamente en las lentes, pero se comporta bien con grandes contrastes y en horas de sol que para otras tomas no es lo aconsejable.
A destacar que tiene una óptica muy parecida al Meyer-Optik Trioplan 100mm f/2.8, siendo una alternativa muy económica a este último (difícil de encontrar por debajo de los 500 € -junio 2016), ya que por unos 35 € más una pequeña adaptación se consiguen unas fotografías con un Bokeh muy resultón.
En ocasiones es capaz de sacar un sorprendente efecto 3 dimensiones que me encanta: